Mucho se ha escrito ya sobre las implicaciones éticas, morales y psicológicas que tiene el deplorable acto del bullying. No obstante, rara vez nos ponemos a reflexionar acerca de las consecuencias a las que esto nos lleva como sociedad y en concreto, como país.
Un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revela que México tiene el porcentaje mas elevado de bullying de entre las 34 naciones integrantes de dicha organización. Según el informe, 11% de los educadores mexicanos reportaron que al menos una vez a la semana sus estudiantes son victima de daño físico causado por la agresión entre alumnos, mientras que 30% estima que hay intimidación o abuso verbal entre compañeros de clase.
Lo anterior es alarmante pues, según el mismo estudio, esto impide el correcto desarrollo del aprendizaje y puede llevar en algunos casos a la deserción académica o inclusive e suicidio.
Es importante aclarar que aunque el documento denominado Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS) no tiene por objetivo medir, estimar o analizar el bullying, sí lo contempla como uno de los elementos que inhiben el desarrollo educativo.
Los beneficios y la importancia de la educación para una población son conocidos por todos; permite alcanzar mejores niveles de bienestar y de crecimiento económico; posibilita la movilidad social contribuyendo a reducir la desigualdad, fortalece el Estado de derecho impulsando el progreso democrático, vigoriza los valores de una sociedad y conlleva al desarrollo de nuevas tecnologías.
Hoy en día vivimos en un mundo en creciente globalización en donde la competitividad es el nombre del juego. A pesar de ser la 10° economía del mundo, en el 2014 , México se ubicó en el sitio número 61 de un total de 148 países que figuran en el Índice de Competitividad Global, cayendo seis escalones con respecto al año pasado.
De acuerdo con el “Reporte de Competitividad Global 2014-2015” del Foro Económico Mundial, entre los países que están mejor situados que México se encuentran asiáticos, como Kazakstán (50), Azerbaiyán (38) y Omán (46); africanos como Sudáfrica (56) y Mauricio (39); e inclusive centroamericanos como Costa Rica (51). Todos ellos tienen una menor participación para el desarrollo mundial que la economía mexicana y sin embargo se posicionan como más competitivos.
Entre las razones dadas para este debacle figura un entorno educativo que no cumple con el conjunto de habilidades que la economía mexicana exige, y el bajo nivel de implantación de tecnologías, que es fundamental para la transformación.
No es casualidad que los países emergentes que más han avanzado en competitividad y bienestar de su población en los últimos años, son los que mejores resultados han tenido en la arena educativa , y no cabe duda de que la calidad del ambiente educativo es determinante.
Hola así como lo dice el título, el actuar de manera asertiva puede ser una gran herramienta para ti y para tus amigos y evitar ser víctima de algún acosador.
Probablemente no sepas de qué te hablo, es por eso que primero te voy a explicar que es ser asertivo. Ser una persona asertiva es el punto medio en donde la forma de resolver un conflicto, no es ni agresivo ni pasivo, es decir, no actúas con violencia ni te sometes ante ninguna persona, pero sí expones tus puntos de vista, tus convicciones y defiendes tus derechos.
Ser asertivo no es fácil y no todos tenemos esa buena manera de comunicarnos, pero es una actitud que se puede aprender, siempre y cuando nos hagamos conscientes de ello. Al perder el temor de expresarnos y conocer nuestro interior, se puede poner límites de una forma tranquila, segura y sin violencia. Así, la persona que busca incomodarte se topará con una barrera de amor propio y seguridad que puede inmovilizarlo.
Pero no sólo basta con expresarte, es necesario tener una buena posición corporal. Te voy a dar unos tips que son muy útiles para acompañarte en tus palabras:
Hoy les quiero contar sobre algo positivo. ¿Qué es? Que sí se puede frenar el bullying, aunque muchos creen que es algo imposible hacer que un joven o una señorita pongan un alto al agresor ante un acoso escolar sin utilizar la violencia, es un error.
Hace unos meses conocí a la señora Rosalinda en una conferencia que dimos en el jardín de niños Mónica Pretelini donde iba su hijo, posteriormente ella nos invitó a dar una conferencia en un movimiento donde participa, en el que asistieron sus hijos Roberto de 5 años, Astrid de 18 años y Dana de 7 años, ahí escucharon la conferencia: ¿Qué es el bullying? Se les enseñó a hacer la “Posición de Guerrero”, que consta en sacar la voz del diafragma para poder decir “basta” ante las injusticias y “basta” al agresor de bullying, tal y como se muestra en el video.
Posteriormente en este mes que visitamos la escuela Prof. Francisco Ángel Vega Marchan, ubicada en el Municipio de Nicolás Romero en el Estado de México, Dana quien cursa segundo año de primaria recibió una mordida en su brazo por parte de uno de sus compañeros del salón de clases en la hora del receso, a lo cual ella reaccionó asustada y temerosa pues su compañero se volvió a avalnzar para volverla a morder. En ese momento ella recordó la “posición del guerrero” y dijo expulsando su voz desde el diafragma: “no me vuelvas a morder”, a lo cual el niño inmediatamente se hizo para atrás y Dana le dijo “te tengo que denunciar porque me lastimaste eso es lo que me enseñaron le voy a decir a la maestra” enseguida el niño comenzó a llorar para pedirle a Dana que no lo acusara. Ella por supuesto lo acusó, permitiendo así que las maestras hablaran con su agresor.
A lo largo de las diversas pláticas que ofrecemos en las escuelas los niños se acercan con nosotros para preguntarnos ¿cuál es el mejor consejo que les podemos ofrecer? Con base en lo que he podido observar, les comenté que pusieran mucha atención a lo que pasa alrededor de ellos, principalmente a los cambios que lleguen a notar dentro de su grupo de amigos.
Ellos muy curiosos me preguntaron ¿Por qué? A lo que les contesté:
Es muy común que cuando un niño o niña comienza a sufrir de “bullying” cambie su comportamiento, comienza a ser más callado(a), se le ve triste y no quiere ser partícipe de diversas actividades escolares o del grupo de amigos dentro de la escuela, se aísla y deja de comer a la hora del recreo. Todas estas acciones son indicadores de que un niño o niña está siendo víctima de “violencia escolar o bullying”.
Aunado a la situación por la que está pasando tiene miedo de acercarse a familiares y amigos, comúnmente por miedo a ser reprendido o regañado por no defenderse o por permitirse ser violentado por parte los demás. A todo esto, los pequeños me preguntan: ¿Y qué es lo que podemos hacer para ayudar a nuestro amigo?
Les contesté que ellos deben acercarse y demostrarle que no está solo y que la situación por la que está pasando tiene diversas soluciones, y que lo pueden ayudar demostrándole que lo respetan y lo quieren, ya que a los niños, niñas o jóvenes que sufren bullying, en todo momento se les debe demostrar confianza, y comentarles que se deben acercar y denunciar esta situación con los padres de familia, maestros y profesores e inclusive al director(a) de la escuela.
En los últimos días ha coincidido que he visto una película donde narran la historia de una chica a quien bulean, asistí a una obra de teatro donde presentan una situación de bullying, vi un cortometraje sobre bullying, veo noticias donde reportan casos de bullying, y en todos muestran las posibles consecuencias hacia las víctimas, los agresores y los cómplices o espectadores. Pero ¿Qué es lo que me tiene sorprendida de todo esto? Si bien, todos estos trabajos que implican mucho esfuerzo, dedicación y recursos tienen como uno de sus objetivos el llamar la atención de la sociedad en general para mostrar lo que está pasando con los niños, niñas y jóvenes en las escuelas y pongamos manos a la obra, me han parecido demasiado violentos. Y me pregunto si en realidad son necesarias las groserías, los insultos, los gritos, los golpes… que incluso lejos de invitar a la reflexión alteran los nervios, ¿Es acaso la forma que necesitamos para darnos cuenta de la realidad que hoy se vive en las escuelas y colegios en cuanto a violencia se refiere?
En general en cualquier forma que se presente, ya sea teatro, cine, como película o cortometraje, yo he salido con la misma impresión y con las mismas imágenes de haber visto groserías, insultos, golpes, bromas de muy mal gusto, suicidios como consecuencia de lo que la víctima vive a consecuencia del bullying. Sin embargo, ninguno de estos trabajos muestra el origen, el ¿Por qué?, ¿De dónde?, ¿Cómo es que un compañero puede albergar en su interior tanta saña, maldad, odio, coraje o como le quieran llamar? ¿Qué lo motiva?, ¿Qué originó esa forma de ser? A su vez, lo mismo me pregunto en el caso de la víctima ¿Que hay en él o ella que permite ese tipo de abusos?, ¿Qué le impide decir basta?, ¿Qué vive en su casa que no existe la confianza para pedir apoyo?, ¿Qué… qué…. qué?
El Bullying tiene como definición aquellas actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros, en general se le conoce como acoso escolar y se presenta en niños de todas las edades y estatus socio - económico. El bullying podría entenderse como un fenómeno social que se ha presentado desde hace mucho tiempo, no es un problema reciente, la diferencia es que hoy en día existen ciertos factores que fungen el papel de detonadores, tal como la evolución de la tecnología, el crecimiento exponencial de la población mundial, las abismales diferencias sociales, entre otras cosas que provocan que se presente de una forma más agresiva y constante.
Uno de los efectos del acoso escolar es que puede tener consecuencias tan graves como cambiar la personalidad de la víctima, puede hacer que las personas que normalmente son seguras de sí mismas dejen de serlo y se conviertan en personas con una autoestima baja, tímidas e inseguras, su confianza podría desaparecer por completo, evitando que se relacionen con otros por miedo a ser rechazados o agredidos provocando un aislamiento tal que puede derivar en severas depresiones. Una vez que una persona ha sido víctima del bullying, empieza a dudar sobre participar en situaciones en las que pueda ser, a su parecer ridiculizado por ejemplo, hablar en público, dar su opinión en círculos sociales.