Me da la impresión y quizá sólo sea mía, que se logra impactar al auditorio con escenas violentas, pero se han olvidado de mostrar que eso tiene un ¿por qué?, no surgió de la nada.

Después de haber visto estos casos me quedo con una sensación de que algo hace falta y al pensarlo me doy cuenta que quizá sea la inclusión de los papás, donde ellos puedan verse en el escenario, donde puedan ver representado su papel tan importante y básico en todo esto. Donde puedan ver que la ausencia con sus hijos tiene consecuencias, que el no hablar con ellos, dejar de verlos y otras acciones que fomenten la poca o nula convivencia familiar les provoca daño, un daño que se ve reflejado en conductas que también dañan a los demás.

Pues al ver las escenas pareciera que simplemente un día amaneció y a un compañero del salón de clases se le ocurrió que quería ser malvado con otro compañero y lo consiguió. Noooooo, no es así, pues toda conducta del ser humano tiene una razón de ser. Y con esto no quiero decir que sólo los papás sean los responsables, no. También están los maestros, las autoridades educativas, y la sociedad en general.

En conclusión, las propuestas a estos trabajos encaminados a difundir el combate al bullying son muy buenas, pero hace falta cerrar el círculo, mostrar que la violencia que hoy está presente en las escuelas es multifactorial y que el agresor no agrede porque así lo decidió un día, que la víctima no es débil de carácter porque así quiere ser y que los cómplices u observadores no callan porque sí, siempre hay un por qué. {jcomments on}