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Estar en casa todo el día, con acceso ilimitado a la conexión de internet, no tener que cumplir horarios tan rigurosos de clases, etcétera, sonaba muy emocionante para los miles de estudiantes de educación básica en México. Sin embargo, al paso de las semanas, se empezaron a manifestar diversas complicaciones físicas y mentales, afectando principalmente a aquellos menores que están acostumbrados a su desarrollo social.

El pasado 10 de febrero, Drayke Hardman, un niño de tan sólo 12 años se quitó la vida después de sufrir bullying en la escuela (en Utah, EUA), su madre compartió vía Instagram un mensaje de dolor y al mismo tiempo de bondad, que busca generar conciencia en los padres de familia. Estas fueron algunas de sus palabras:

“Este es el resultado del bullying, mi hijo estaba peleando una batalla de la que ni yo podía salvarlo. El bullying es real, es silencioso y no hay absolutamente nada que puedas hacer como padre para quitar este profundo dolor. No hay señales, solo palabras hirientes de otros que finalmente arrebataron a nuestro Drayke de este lugar cruel. No estoy segura de cómo navegar esta vida sin ti. Se suponía que pasaría el resto de mi vida contigo, y tú pasaste el resto de la tuya conmigo. Mi corazón está destrozado, no sé cómo arreglarlo, o si alguna vez lo haré, pero pasaré cada minuto enseñando bondad en la memoria tuya. Madres, padres, abracen a sus hijos, abrácenlos fuerte. Enséñales a vivir y a amar ferozmente. Enseña bondad y #DoItForDrayke” - Samie Hardman

 

Si algo no ha tomado una pausa durante la pandemia es el acoso escolar, pues, aunque muchos alumnos toman sus clases vía remota, el bullying ha tomado nuevas formas como puede ser el ciberbullying. Los modos en los que este tipo de hostigamiento se manifiesta pueden ser variados, pero sus lamentables consecuencias a corto y largo plazo siguen siendo datos de alarma que requieren acciones inmediatas.

Eli Fritchley, un menor de 12 años originario de Tennessee, Estados Unidos, se quitó la vida el pasado 28 de noviembre debido al constante acoso que sufría de sus compañeros por su orientación sexual, forma de vestir y estilo único.

Lo que es tan sorprendente en estos tiempos, es que haya una gran brecha de ideologías: de pronto parece que ya hay una apertura y aceptación “a lo diferente” y, por otro lado, seguimos viendo, viviendo o generando cualquier tipo de discriminación. Y es que, en algún punto, todos somos responsables de visibilizar lo que debería ser correcto: aceptar las diferencias, incluso aunque no estemos de acuerdo con ello: ¿cuántas veces hemos juzgado, atacado una forma de ser o de pensar distinta a la nuestra? Seguramente en varias ocasiones. A veces nos olvidamos de complementar la empatía con la coherencia, cuando defendemos una causa, pero atacamos a otra.

 

El pasado 10 de noviembre, se presento la campaña #CabezaEnAlto y la confianza al 100%, de las que las influencers Calle y Poché son embajadoras.

Head & Shoulders busca ser una fuerza positiva para el mundo de la belleza, por lo que se planteó el firme objetivo que la caspa y el bullying no deberían ser un problema para los adolescentes.

El proyecto que patrocina Procter & Gamble y que opera Fundación en Movimiento, busca atender a 116,640 adolescentes con el taller “En los pixeles del otro”, mismo que les otorga estrategias de bienestar digital que les permitan interactuar en redes sociales de forma más segura. Además, se ofrecerán 2,000 horas de asesoría psicológica para aquellos estudiantes que han sufrido de bullying o de ciberbullying, de forma que puedan fortalecer su autoestima.

Según cifras de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, el ciberbullying aumentó el 33% a partir de la pandemia, situación que alarma a todas las comunidades escolares. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI, 2020) indicó que los 4 factores por los cuales se genera el ciberbullying es: identidad de género, por ser mujer, apariencia física o situación y discapacidad. Estos datos le ofrecen a Fundación en Movimiento un mejor panorama para saber a qué nos enfrentamos y cómo puede conducir sus programas de prevención y atención del bullying y del ciberbullying.

 

En una rueda de prensa virtual, se reunió el equipo de Vencer el P@sado, novela de Televisa que busca hacer conciencia sobre el grave daño que sufren las mujeres que son víctimas de violencia digital. El equipo especialista que colabora con la información e investigación de cifras, contexto, medidas de prevención y atención está conformado por Fundación Televisa, el Consejo Ciudadano, Fundación en Movimiento y otras instituciones más.

El evento dio apertura con las palabras de Alicia Lebrija, Presidenta de Fundación Televisa, quien agradeció a los presentes por sumarse a este proyecto, que difunde un mensaje que logra cambiar actitudes, transformar realidades y que invita a soñar con un México mejor.

 

Durante el ciberacoso no hay treguas ni consideración alguna

Fotos íntimas, amenazas y difamaciones públicas, fueron sólo algunas de las manifestaciones del ciberacoso que sufrió José Francisco, el viralmente conocido como #LicValeriano. Lo más difícil en casos así, es que hasta las personas más allegadas se suman a los ataques, tomándolo a juego sin valorar esa cercanía para preguntarle al afectado: ¿cómo te sientes? ¿cómo te está afectando? o ¿cómo puedo ayudarte?

Una de las razones por las que es más difícil disminuir el ciberacoso, se debe a la falta de cultura de la información y uso de habilidades sociales y emocionales en nuestra interacción virtual. Desconocemos el contexto real, no nos tomamos un tiempo breve en leer, ni tampoco en tratar de comprender qué pasaría si ese meme o video viral fuera sobre mi o sobre alguien que me importa.

¿Nosotros podríamos ayudar sin ser parte de un ataque?

Desde que llegaron las redes sociales, nos hemos limitado a verlas como mero entretenimiento y no consideramos todas las transformaciones reales que han traído consigo: nos han permitido ser solidarios en casos de desastre natural o tragedia social, nos ayudan a reunir masas para levantar la voz a favor de las mujeres, de los animales, del medio ambiente, etc., nos han acercado a las personas que viven lejos de nosotros, nos permiten aprender a través de tutoriales y mucho más; pero también han demostrado la crudeza de la violencia, la desigualdad y la incoherencia.

¿Por qué no aprovechar esa inmensidad de opciones que nos ofrecen los medios digitales para fomentar las cosas que son positivas? ¿Por qué no ayudamos a alguien, aunque no lo conozcamos?

Podríamos comenzar por no difundir un meme que tenga el rostro de alguien y eso, es ya un gran paso.

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