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Constantemente, nuestro trabajo puede llegar a ocupar un lugar tan importante en nuestras vidas que solemos olvidar todo lo demás; situación que ha pasado antes y durante la pandemia.

En los últimos 2 años, hemos escuchado hablar de una “nueva normalidad”, entendiendo el cambio laboral que básicamente se volvió virtual y obligándote a mezclar tus actividades de trabajo con las del hogar; aún con ello, me atrevo a preguntarte: ¿cuál es la nueva normalidad para ti personalmente y laboralmente?

Empecemos la reflexión analizando nuestras fotos, ¿cuánto hemos cambiado físicamente desde entonces? ¿te parece que el cambio ha sido positivo o negativo? ¿Tus hijas, hijos, alumnas, alumnos han crecido mucho? ¿cómo adaptaste tus actividades diarias dentro de tu hogar? ¿tus relaciones afectivas se mantuvieron, perdiste o recibiste a personas durante este periodo?

Nuestros anhelos de crecer profesionalmente son tan grandes que nos llegamos a olvidar de nosotros mismos, de nuestra familia y amigos, perdiendo nuestro equilibrio de vida.

Los medios digitales han aumentado la disponibilidad de los trabajadores las 24 horas del día, manteniéndose activos por el temor a perder el trabajo o por los malos hábitos que tiene la misma cultura organizacional. Tener la computadora e internet a todas horas, ha vuelto interminables las jornadas laborales y ha incrementado los niveles de estrés en los trabajadores.

Equilibrar la vida laboral con la personal genera efectos positivos en la salud física, mental, emocional, familiar, individual y laboral. Sus beneficios impactan directamente a la empresa, fomentando colaboradores leales, productivos y con menor índice de ausentismo.

Hoy, queremos compartirte 6 consejos que te pueden ayudar a equilibrar tu vida laboral de la personal:

No hay equilibrio perfecto.
Para cada persona es diferente, puesto que también depende del rol que desempeñan en su hogar y de las actividades individuales que pueden y están dispuestos a hacer. Lo que para algunos representa el plan ideal como “salir con amigos”, para otros es preferible quedarse en casa a ver películas. Haz lo que se acomode a tus tiempos, a tus planes y a tus gustos.

Evita procrastinar.
Prioriza tus actividades y separa las que son necesarias y las prescindibles, esto te ayudará a organizar tu tiempo y a sentirte más productivo.

Un paso a la vez.
Empezando con pequeñas acciones, poco a poco podrás adquirir nuevos hábitos. No te exijas: divide una meta en pequeñas tareas que te hagan sentir que estás avanzando.

Despídete del perfeccionismo.
Muchos colaboradores destacados tienden a querer hacer su trabajo perfectamente, revisando varias veces algo que ya está bien hecho y quitándose tiempo de valor; puedes seguir trabajando con excelencia sin gastar energías de más o aumentando tus posibilidades de estresarte.

Haz ejercicio y/o medita.
Con tomarte unos cuantos minutos al día para mantenerte en movimiento y relajar tu mente, puedes notar grandes cambios.

Desconéctate.
Las redes sociales han creado la expectativa de estar disponible todo el tiempo y el trabajo parece no tener fin. Apaga el celular un rato y disfruta el momento con tu familia o a solas. Al no atender inmediatamente las notificaciones, te crearás un hábito de resiliencia que te ayudará más tolerante al estrés.

Recuerda que, aunque no siempre podemos alcanzar el equilibrio; habrá días en el que tu trabajo te pedirá más tiempo o más esfuerzo, así como habrá días dentro de tu jornada laboral en los que tengas que atender temas personales. Lo importante es no descuidar ninguno y evitar dedicarle más tiempo y energía de lo que se necesita a cada área.

Para ayudarte a sentirte mejor laboralmente, Fundación en Movimiento trae su taller “Técnicas para el manejo del estrés”, en el que aprenderás de forma práctica cómo tomarte pausas activas para reconfortarte durante tus labores o cuando te sientas estresado. No te lo pierdas, el próximo 27 y 28 de abril, a las 10 am.

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