Soy de aquellos que considera que en su adolescencia también abusaron de esa irresponsabilidad, pero el problema no es la actitud de los jóvenes involucrados, porque eso ha existido siempre (antes de esta nueva generación sin nombre, les decían abusadores, pandillismo), sino que la falta de actitud y autoridad en torno a una reacción oficial.

Las agresiones virtuales sobre pasan la preparación pedagógica de los educadores, y quiere decir que las nuevas generaciones son cada vez más severas e insensibles o, tienen mayores herramientas, y entonces el daño es mucho mayor a una cartita o una travesura.

Entonces el problema también rebasa, aunque debe ir de la mano, con la educación y el re alzamiento de valores en casa, sino también con la preparación de profesores, una mayor capacidad, pero sobre todo, también de las instituciones y de los propios padres de familia, una mayor otorgamiento de autoridad y credibilidad a los maestros, lo cual para evitar cualquier atrocidad, debe venir involucramiento de por medio.

Mientras tanto yo veo, a una maestra castigada, arrinconada e ironizada en las redes sociales, por defenderse de un ataque de ciberbullying.

Ver artículo en contexto original