Según los expertos, el suicidio puede ser una opción para quien lo sufre, ya que lo ven como única salida a sus problemas. Desde el Instituto Nacional de Psiquiatría de México se calcula que de seguir avanzando el problema, en el 2020 el suicidio será la primera causa de muerte entre los jóvenes.

Trixia Valle, que también sufrió 'bullying' en su infancia, cree que “ayuda mucho el que exista un contexto de claras reglas de convivencia, fomento a la prevención y apoyo a quien lo sufre. Sin embargo, los niños y jóvenes actuales no quieren que les digamos qué hacer, sino cómo hacerlo. Por ello, un programa que solo les diga qué hacen mal funciona medianamente”.

La escritora añade que desde la fundación que dirige, no sólo explican qué es y de dónde viene el 'bullying', sino que dan, a través de la campaña “Ser buena onda SIEMPRE está de moda”, alternativas para una sana convivencia.

 

Prevención

Recientemente, el 'bullying' ha sido tipificado como una enfermedad y como tal, una víctima puede recibir una indemnización por los daños físicos y psíquicos ocasionados. “Un diagnóstico peligroso”, en opinión de Valle, ya que “crear indemnizaciones para las víctimas puede convertirse en una forma de hacer mal uso de una tragedia o de difamar a otros”.

Por eso, más que una enfermedad, Valle opina que el 'bullying' “es un fenómeno social a consecuencia de que los adultos no hemos cuidado suficiente a nuestros niños al crear un contexto que proteja su inocencia. Existe actualmente demasiada pornografía, violencia explícita, desensibilización al dolor ajeno y miedo. Estos factores afectan al niño desde su estructura y por ello reaccionan colectivamente de forma violenta”.

Como tal, el 'bullying' es una realidad que debe erradicarse desde distintos frentes como son: la familia, la escuela y la sociedad. Los padres deben estar muy pendientes de las señales presentes en sus hijos que ayuden a detectar si son víctimas de acoso escolar.

A la pregunta de “¿Qué conduce a un menor a ejercer este tipo de violencia sobre otro menor?”, la directora de la fundación responde que “copiar conductas negativas, tener demasiado enojo contenido por situaciones de bullying sufrido o maltrato familiar, estar demasiado estimulado hacia la violencia o ser un niño sin límites claros y que no sabe cómo comportarse por ello. Muchas víctimas en edades tempranas se convierten en agresores por miedo a volver a sufrir lo mismo”.

A modo de prevención se debe mantener una comunicación abierta con los hijos. Si se les hace sentir que pueden contar con sus padres tendrán más confianza para compartir sus inquietudes y problemas, y querrán acudir a la escuela como lo que es: un centro para aprender a desenvolverse por la vida lejos de la violencia.

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